Fija tus ojos...
En muchas iglesias, hoy se entona un himno titulado: "Pon tus ojos en Cristo". Cuando yo era niño, este himno se cantaba con al menos una palabra diferente; la primera línea decía: "Fija tus ojos en Cristo". Siempre me gustó más esa versión, y cuando entono el himno, aunque suelo decir la palabra "Pon", en mi corazón entono "Fija".
Y es que las palabras en verdad son importantes. "Poner" solo implica colocar algo en algún lugar, pero "Fijar", eso es algo más específico, significa "asegurar, clavar algo en un lugar o cosa" y en referencia a la mirada, significa "dirigir o centrar intensamente la mirada o la atención en una persona o cosa". Y si "fijamos" nuestra mirada en Cristo, si la aseguramos, la dejamos permanentemente centrada en Él, toda nuestra vida, todas nuestras acciones, pensamientos y palabras, estarán dirigidas por Sus palabras, por Sus preceptos.
Pero no solo lo anterior es cierto, sino que el fijar nuestra mirada en Jesús hace que la vida abundante que Dios nos prometió, sea una realidad tangible pues de Cristo —nuestra única y total referencia para vivir— mana nuestro gozo (Jn 15:11), esperanza (1 Tim 1:1), paz (Ef 2:14), sabiduría y conocimiento (Col 2:3), y todo ello no depende de nuestros méritos sino de Su gracia.
¡¿No es maravilloso saber que Cristo es suficiente para nosotros?!
"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad" (Colosenses 2:9-10, énfasis añadido).
Así que no desmayes hermano: no necesitamos a nadie ni nada más que a Cristo.
"Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efe 1:3-3).
¿Te han ofendido? ¿Han levantado falsos en contra de ti? ¿Te han descalificado y mentido respecto de tu testimonio? ¿Has visto manipulación o mentiras contra tus amigos o familia? ¿Has presenciado injusticias cometidas en contra de los que estimas y amas? Y lo peor, ¿ha sucedido dentro de la iglesia?
Hermano, no fijes tu mirada en los hombres; ni en los amigos, ni en los familiares, ni en los líderes y pastores. ¡Fija tu mirada en Jesús!
Los hombres fallamos, flaquea nuestra fe, por momentos —a veces largos— se diluye nuestra integridad y los resquicios de la vieja naturaleza afloran y dejamos que nuestras concupiscencias nos seduzcan y llegamos a ofender, mentir, dañar; damos lugar al diablo. Pero Cristo es fiel, es perfecto, es Dios mismo: nuestro Salvador y Señor y el ejemplo y modelo a seguir y a imitar. Él nunca falla, nunca se desdice, nunca te deja, nunca te abandona, nunca cambia. Él es suficiente y tu gozo, paz y esperanza deben depender de Él y de nadie más; Cristo es suficiente, ¡fija tu mirada solo en Él!
No te desanimes, cobra ánimo y continúa sirviendo al Señor y a tus hermanos; prosigue con fe, valor y entusiasmo a la meta (Fil 3:13-14), porque Jesús dijo: "Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo" (Mat 28:20 TLA).
Y, habiendo muerto a ti mismo, fijando tu mirada en el Salvador, podrás entonces, aún habiendo sido herido, soportar y perdonar a tus hermanos (Col. 3:13), glorificando y honrando así el nombre del Señor.
Y si eres uno de los que han ofendido a tus hermanos, ten presente y muy claro esto: hemos sido comprados por precio, por la misma sangre, hemos sido perdonados sin merecerlo, hemos sido hechos hijos de Dios: entonces vivamos como lo que somos, dejando a un lado los comportamientos comunes en los del mundo ("amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia", Efe 4:31) considerando cada día, lo que expresara el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gál 2:20).
¡Fija tus ojos en Cristo!
Una nota personal acerca de la traducción del Himno:
La letra original, escrita por Helen Howarth Lemmel, quien lo escribió a los 55 años de edad, cuando ya había quedado ciega, dice en el coro: "Turn your eyes upon Jesus", que bien se puede traducir como "Fija tus ojos en Cristo". Supongo que la idea de respetar una nota blanca (dos tiempos) en vez de dividirla en una negra con puntillo y una corchea (un tiempo y medio la primera y medio tiempo la segunda), fue la que llevó a cambiar la mejor traducción "Fija" por "Pon". Si me preguntaran a mí, como traductor y compositor, no dudaría ni un segundo en elegir la palabra "Fija".
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Gracias a Dios.