Todo lo que hagamos será prosperado
Cuando leemos en la Santa Biblia que Dios le dice a Josué que guarde y haga conforme está escrito en el libro de la ley, y que entonces prosperará en su camino y todo le saldrá bien (Josue 1:8), parece que asumimos que si obedecemos a Dios en lo que dice —regla uno, regla dos, regla tres, etc.—, entonces podremos lanzarnos a la búsqueda de nuestros sueños y estos se harán realidad. Me parece que ignoramos —o fingimos ignorar— lo que realmente está diciendo Jehová Dios y lo que sucede en el corazón de alguien que busca guardar Sus mandamientos: la identidad en Cristo se aclara y fortalece mientras que los sueños egocéntricos se desvanecen, y el corazón y mente empiezan a ocuparse de buscar cuál es la voluntad de Dios para la vida de uno, cómo quiere él que los talentos y habilidades sean usados y cuáles son los dones que el Espíritu Santo está proveyendo para glorificar el nombre de Dios y para edificación de su iglesia. Y entonces sucede. Todo lo que emprendemos tiene que ver co