Idolos por todos lados
El Apóstol Juan escribiendo a los nacidos de nuevo que ahora ya no practican el pecado ni están bajo el maligno:
"Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén" (1 Juan 5:21).
Nos dice entonces, de forma imperativa, que nos cuidemos de los ídolos, y sabemos que estos pueden ser de piedra y madera, de carne y hueso, vivos y muertos, imaginarios y materiales, provenientes de un contexto deportivo, artístico, musical o religioso...
Todavía es posible que caigamos en idolatría; tengamos cuidado, ¡mucho cuidado!
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Bendiciones.