Hagamos iglesia según la Palabra
Octubre, 2014
Nuestro modelo de iglesia debe cambiar. No se trata de romper paradigmas, como lo han querido hacer decenas de movimientos alrededor del mundo, como la llamada "iglesia emergente" por poner un ejemplo. Esta ha sucumbido ante la "necesidad imperiosa" de ser relevante dentro del mundo y ha terminado por dejar de lado —reinterpretando, suavizando o alegorizando— enseñanzas importantes de la Biblia, y hasta negando la suficiencia e inerrancia de la misma.
De lo que se trata entonces es de RECUPERAR paradigmas a partir de los principios y narrativas de la iglesia primitiva, la del primer siglo, de la que leemos en el Nuevo Testamento. Los tiempos que vienen serán difíciles, aún sin que exista persecución física para las iglesias bíblicas. También el control y censura de cualquier entidad es, desde mi perspectiva, una forma de persecución.
Esto que les comparto es lo que ya he dicho que ocurriría desde hace algún tiempo: una forma de "iglesia de estado", como hubo ya en tiempos pasados —y está ocurriendo hoy— en China. En el pasado también tenemos el ejemplo de la Alemania de Hitler, y hoy tenemos la idea de Chávez (yo creo que fue su idea) disfrazada de un movimiento nacido en la iglesia católica y algunos protestantes que se hizo llamar "Iglesia Reformada de Venezuela".
Hoy, en los E.U.A., un país "cristiano" por tradición, vemos un primer paso hacia una "iglesia oficial del estado" o por lo menos, a una "iglesia controlada oficialmente" en su operación y doctrina, por el estado.
Estemos orando por estas situaciones, pero principalmente, por que el Señor nos permita "hacer" iglesia de acuerdo con su Palabra, recuperando los paradigmas olvidados e ignorados en nombre de la tradición y de la norma de la conveniencia. Tal vez las iglesias ya existentes no "puedan" regresar, pero no hay razón alguna para que las nuevas no nazcan bajo este esquema bíblico: ser iglesias con Cristo como centro y que busquen que el nombre de Dios sea engrandecido en el vecindario, la ciudad, el país y el mundo; que promuevan el diseño de Dios para la familia (la base) y la iglesia (la integración de familias e individuos redimidos); que sean locales con una geografía que facilite la convivencia diaria como familia de la fe que son; que hagan discípulos y discipulen vivencialmente; que estén preparadas para funcionar bajo cualquier situación política y social; y que transmitan a las siguientes generaciones el modelo bíblico, libre del anhelo de convertirse en megaiglesias o de ser instituciones relevantes para el mundo, bajo la óptica de ese mismo mundo caído.
Necesitamos iglesias bíblicas, sin contaminación de movimientos ni organismos denominacionales decadentes —apartados o que van apartándose de la Palabra—, y que obedezcan al diseño de Dios, pues es el que prevalecerá a través del tiempo y de toda circunstancia o condición que priven en cada época de la humanidad.
Oremos pues, ¡pero actuemos ya!
Aquí unas notas que ilustran lo que he dicho del control sobre la iglesia:
La Cd. de Houston pide revisar los sermones de pastores
China quiere establecer el "cristianismo nacionalista"
... y en Venezuela
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros" (Jua 13:35).
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones [...] alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos" (Hch 2:42, 47).
"Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo [...] Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe" (Hch 5:42; 6:7).
"Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía" (Hch 11:26).
"Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? " (1 Jn 3:17).
Nuestro modelo de iglesia debe cambiar. No se trata de romper paradigmas, como lo han querido hacer decenas de movimientos alrededor del mundo, como la llamada "iglesia emergente" por poner un ejemplo. Esta ha sucumbido ante la "necesidad imperiosa" de ser relevante dentro del mundo y ha terminado por dejar de lado —reinterpretando, suavizando o alegorizando— enseñanzas importantes de la Biblia, y hasta negando la suficiencia e inerrancia de la misma.
De lo que se trata entonces es de RECUPERAR paradigmas a partir de los principios y narrativas de la iglesia primitiva, la del primer siglo, de la que leemos en el Nuevo Testamento. Los tiempos que vienen serán difíciles, aún sin que exista persecución física para las iglesias bíblicas. También el control y censura de cualquier entidad es, desde mi perspectiva, una forma de persecución.
Esto que les comparto es lo que ya he dicho que ocurriría desde hace algún tiempo: una forma de "iglesia de estado", como hubo ya en tiempos pasados —y está ocurriendo hoy— en China. En el pasado también tenemos el ejemplo de la Alemania de Hitler, y hoy tenemos la idea de Chávez (yo creo que fue su idea) disfrazada de un movimiento nacido en la iglesia católica y algunos protestantes que se hizo llamar "Iglesia Reformada de Venezuela".
Hoy, en los E.U.A., un país "cristiano" por tradición, vemos un primer paso hacia una "iglesia oficial del estado" o por lo menos, a una "iglesia controlada oficialmente" en su operación y doctrina, por el estado.
Estemos orando por estas situaciones, pero principalmente, por que el Señor nos permita "hacer" iglesia de acuerdo con su Palabra, recuperando los paradigmas olvidados e ignorados en nombre de la tradición y de la norma de la conveniencia. Tal vez las iglesias ya existentes no "puedan" regresar, pero no hay razón alguna para que las nuevas no nazcan bajo este esquema bíblico: ser iglesias con Cristo como centro y que busquen que el nombre de Dios sea engrandecido en el vecindario, la ciudad, el país y el mundo; que promuevan el diseño de Dios para la familia (la base) y la iglesia (la integración de familias e individuos redimidos); que sean locales con una geografía que facilite la convivencia diaria como familia de la fe que son; que hagan discípulos y discipulen vivencialmente; que estén preparadas para funcionar bajo cualquier situación política y social; y que transmitan a las siguientes generaciones el modelo bíblico, libre del anhelo de convertirse en megaiglesias o de ser instituciones relevantes para el mundo, bajo la óptica de ese mismo mundo caído.
Necesitamos iglesias bíblicas, sin contaminación de movimientos ni organismos denominacionales decadentes —apartados o que van apartándose de la Palabra—, y que obedezcan al diseño de Dios, pues es el que prevalecerá a través del tiempo y de toda circunstancia o condición que priven en cada época de la humanidad.
Oremos pues, ¡pero actuemos ya!
Aquí unas notas que ilustran lo que he dicho del control sobre la iglesia:
La Cd. de Houston pide revisar los sermones de pastores
China quiere establecer el "cristianismo nacionalista"
... y en Venezuela
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