¿Para qué un terremoto?

Cuando aquel 12 de enero de 2010 un terremoto de intensidad 7.0 sacudió Haití, el Pastor Sugel Michelén habló acerca de 7 cosas que podíamos aprender de ese suceso. Aquí las reproduzco pero he cambiado el nombre de Haití por el de Japón, pues considero que son enseñanzas que podemos entender de prácticamente cualquier desastre natural.



Transcribo pues los siete puntos:
  1. El terremoto de [Japón] nos recuerda que vivimos en un mundo maldito por causa del pecado.
  2. El terremoto de [Japón] nos recuerda que nuestra comprensión de los propósitos de Dios es limitada.
  3. El terremoto de [Japón] nos recuerda que Dios sigue siendo misericordioso y compasivo con un mundo que le odia.
  4. El terremoto de [Japón] nos recuerda que la vida es breve, frágil e incierta.
  5. El terremoto de [Japón] nos recuerda que en este mundo caído debemos llorar con los lloran, y que los bienes que Dios nos da, y el bienestar que nos permite disfrutar, no es para uso exclusivo de nosotros mismos.
  6. El terremoto de [Japón] nos recuerda el juicio de Dios que viene a este mundo pecador al final de la historia.
  7. El terremoto de [Japón] nos recuerda que hay una sola esperanza segura para este mundo pecador en Aquel que se identificó plenamente con nuestro dolor y sufrimiento.

La conclusión del artículo de nuestro hermano Sugel es esta:

Cuando veas las imágenes del terremoto en Haití recuerda que lo peor está por llegar, pero que hay una esperanza segura a la cual puedes acogerte aquí y ahora, viniendo a Cristo en arrepentimiento y fe.

Sí, vivimos en un mundo muy inseguro por causa del pecado, pero hubo Uno que enfrentó el pecado cara a cara y lo venció en el mismo terreno en que el primer hombre fue derrotado.

Y hoy ofrece perdón y vida eterna gratuitamente por gracia, por medio de la fe. No desprecies la misericordia de Dios en Cristo que hoy te da la oportunidad de arreglar tus cuentas con la justicia divina cuando todavía estás a tiempo.

"... cuando todavía estás a tiempo", y es que, tal vez se te esté acabando y no lo sabes. Nadie lo sabe. Así que necesariamente tengo que preguntarte:

¿Vives falsamente seguro? ¿Piensas que tu vida llegará hasta más allá de tus años 80 ó 90?

¿Estás preparado hoy?


Puedes leer el artículo original del hermano Sugel Michelén dando clic aquí.

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