Si pastoreamos sus corazones
Hablando en Facebook acerca de instruir a nuestros hijos en el Señor, una hermana comentó lo siguiente:
"... desgraciadamente muchos no aceptan que nunca seremos perfectos y al haber dañado a un hijo, siempre DIOS nos dará la solución para restaurar aquello que probablemente mejorara la vida de nuestros niños en la difícil adolescencia, siendo asi una generación de éxito y de corazones sanos para servir a EL....a poco no?" [sic]
Esta fue mi respuesta a su comentario:
"Sí, si pastoreamos sus corazones. Esa es la solución que Dios nos da en principio. No podemos hacer nada más que obedecer lo que Él nos ordena como padres; la transformación del corazón de todo hijo (incluidos nosotros en nuestro tiempo), solamente la puede dar Dios. En cuanto al éxito y el corazón sano, bajo los parámetros divinos, corresponden a una vida que está centrada en Dios y que vive para su gloria; no suena fácil ni simple (de hecho, no lo es) pero otra vez, el cambio lo hace el Espíritu Santo; nosotros como padres somos puestos por Dios para ser ejemplo y guía de ellos. Busquemos ser hallados fieles delante de Dios.
Una nota final: estoy de acuerdo contigo también en el asunto de la perfección, déjame ponerlo así: no hay ni un sólo padre o madre perfecto sobre la tierra, pero mientras nosotros los padres cristianos, pecadores arrepentidos y redimidos por Cristo, busquemos obedecer a Dios en nuestra labor de pastoreo de nuestros hijos, podemos descansar en su fidelidad".
Y ahora te pregunto, padre de familia: ¿Estás obedeciendo las Escrituras en la forma en que conduces a tu familia y guías a tus hijos para que conozcan al único Dios verdadero, pongan su fe en Cristo y honren al Señor con sus vidas?
Pastorea a tu familia: es el principal ministerio que Dios te ha confiado.
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