¿Problemas de comunicación, comprensión o corazón?
He notado en Facebook que existe mucha interacción entre los usuarios relacionados (amigos, como se los conoce acá en el mundo virtual) a través de los comentarios que se pueden realizar en relación con las publicaciones (estados, enlaces, imágenes, etc.).
Claro, es una observación que cualquiera puede hacer y no tiene nada de interesante en sí misma, sin embargo, lo más notable, desde mi humilde punto de vista, es que en muchos casos, y creo que principalmente en asuntos doctrinales, cada quien "habla" sin "escuchar" a los demás. Es como si estuviéramos en una reunión todos juntos y cada uno hablara del mismo tema (claro, dando su propia opinión) al mismo tiempo que los demás. No importaría si alguien hace una aclaración, o si alguien nos explica algo en lo que nuestra lógica ha fallado, o si apoyan lo que estamos diciendo; no importaría porque no estamos prestando atención, solamente queremos hacer valer nuestro punto de vista o quizás estamos queriendo hacer constar nuestra sapiencia o estamos queriendo hacer patente la torpeza (según nosotros) del o los interlocutores.
Bueno, pues eso mismo he notado en varias conversaciones desde hace ya varios meses. Alguien publica algo y en los comentarios puedes ver claramente que hay quienes discuten acaloradamente durante decenas de comentarios sucesivos sin importar si su punto ha sido rebatido eficazmente por otra persona o si, incluso, se les ha dado la razón; lo que importa es hacer valer su palabra. He sido testigo de algunas "conversaciones" en donde varios comentarios atrás, el punto fue cerrado o incluso, fue aceptada la opinión de alguno y ese alguno sigue argumentando lo mismo como si se le siguiera contradiciendo.
Creo que no importa cuanto avancemos en tecnología y medios de comunicación y redes sociales, mientras no aprendamos a poner atención, a leer (o escuchar) con cuidado a los demás, a ser humildes para aprender y, en su caso, aceptar nuestro error (que puede ser de expresión o de opinión), ninguna herramienta nos permitirá comunicarnos de manera "civilizada" y "cristiana", seguiremos siendo los mismos petulantes sabiondos o arrogantes ignorantes, que para el caso es lo mismo.
No pretendo que nadie cambie (aunque no estaría nada mal que algunos lo hicieran), solo espero yo mismo no haber caído en el pasado y no caer en el futuro en tan nefasto comportamiento. Eso deseo realmente en la interacción con mis contactos: no tener problemas de comunicación, ni de comprensión y mucho menos, de corazón.
Claro, es una observación que cualquiera puede hacer y no tiene nada de interesante en sí misma, sin embargo, lo más notable, desde mi humilde punto de vista, es que en muchos casos, y creo que principalmente en asuntos doctrinales, cada quien "habla" sin "escuchar" a los demás. Es como si estuviéramos en una reunión todos juntos y cada uno hablara del mismo tema (claro, dando su propia opinión) al mismo tiempo que los demás. No importaría si alguien hace una aclaración, o si alguien nos explica algo en lo que nuestra lógica ha fallado, o si apoyan lo que estamos diciendo; no importaría porque no estamos prestando atención, solamente queremos hacer valer nuestro punto de vista o quizás estamos queriendo hacer constar nuestra sapiencia o estamos queriendo hacer patente la torpeza (según nosotros) del o los interlocutores.
Bueno, pues eso mismo he notado en varias conversaciones desde hace ya varios meses. Alguien publica algo y en los comentarios puedes ver claramente que hay quienes discuten acaloradamente durante decenas de comentarios sucesivos sin importar si su punto ha sido rebatido eficazmente por otra persona o si, incluso, se les ha dado la razón; lo que importa es hacer valer su palabra. He sido testigo de algunas "conversaciones" en donde varios comentarios atrás, el punto fue cerrado o incluso, fue aceptada la opinión de alguno y ese alguno sigue argumentando lo mismo como si se le siguiera contradiciendo.
Creo que no importa cuanto avancemos en tecnología y medios de comunicación y redes sociales, mientras no aprendamos a poner atención, a leer (o escuchar) con cuidado a los demás, a ser humildes para aprender y, en su caso, aceptar nuestro error (que puede ser de expresión o de opinión), ninguna herramienta nos permitirá comunicarnos de manera "civilizada" y "cristiana", seguiremos siendo los mismos petulantes sabiondos o arrogantes ignorantes, que para el caso es lo mismo.
No pretendo que nadie cambie (aunque no estaría nada mal que algunos lo hicieran), solo espero yo mismo no haber caído en el pasado y no caer en el futuro en tan nefasto comportamiento. Eso deseo realmente en la interacción con mis contactos: no tener problemas de comunicación, ni de comprensión y mucho menos, de corazón.
"Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones" (Romanos 14:1).
"La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:12-14).
"Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?" (1 Corintios 3:2-4).
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