Breve profecía a propósito de Harlod Camping

Pasó el 21 de mayo y el día del juicio final no llegó.

Lo sabíamos pues Jesús mismo dijo que nadie conocía la hora ni el día, sólo su Padre (Mateo 24:27, 36).

Pero Harold Camping, con su amor por los números, quiso encontrar en la Palabra de Dios sustento para su pasión y obsesión por encontrar la fecha del fin del mundo. Y de hecho, encontró una fecha: la fecha del fin de su liderazgo.

¿Una nueva profecía?

Y como una breve profecía, escuché a mi hija decir al día siguiente: "Ahora, saldrá a decir que Dios nos ha dado una nueva oportunidad".

Me hizo pensar... ¿Cuál será la disculpa, o mejor dicho, la nueva "profecía" que nos traerá?

¿Saldrá a decir algo como:

"Fui llamado por Dios como lo fue Moisés, de un pueblo rebelde e infiel. Cumplí mi tarea de subir al monte y escuchar la voz de Dios, pero el pueblo no entendió y no me escuchó. Desde aquel 1994 cuando di a conocer mi revelación y hasta ahora, se han rebelaron constantemente por lo que, la fecha del juicio final me fue entregada para advertirles. Pero al igual que Moisés, intercedí por el pueblo y Dios se arrepintió del mal que iba a hacer al mundo. Me escucho y ha aplazado el día final. Aún hay tiempo de que me escuchen: Él me ha enviado nuevamente a ustedes".

o quizás se disculpará o simplemente, desaparecerá de escena?

Tal vez veremos en los siguientes días un despliegue de cinismo, pero es mi oración que veamos una demostración de arrepentimiento, porque, además de haber ofendido a Dios, llevó a la ruina espiritual y a la ruina material a muchos; es responsable por ello. Hoy, los ateos han tenido un motivo para burlarse de la Biblia, sin entender que la Biblia NUNCA ha declarado, ni explícitamente ni de manera velada, la fecha del juicio final. Todo fue un invento del Sr. Camping (por quien, por cierto, debemos orar, al igual que por todos sus seguidores).

Control de Daños

Algunos me han preguntado si habrá "control de daños" de parte de las iglesias. ¿Importa?

Yo no haré ninguno, más bien repito lo que ya he dicho en muchas ocasiones: Prediquemos la Palabra. Fielmente. Sin enmiendas. Sin suavizar ni diluir su mensaje. Prediquemos el evangelio, el de nuestro Señor Jesucristo, no el social, ni el de la prosperidad, ni el amigable-al-que-busca, ni el de la autoestima superlativa. Nada de neo-liberalismo ni nuevas visiones, ni nuevas revelaciones, ni nuevas interpretaciones. Prediquemos la Palabra de Dios. Ya basta de tonterías. Ya basta de evangelios "pirata" que solo buscan agregar asistentes y llenar templos, y llenar células, y llenar programas y encuestas. ¡YA BASTA!



Mientras que el mundo se está riendo de nosotros, nosotros ingenuamente estamos pensando en como atraerlos con música, actividades deportivas, pláticas de superación personal y conferencias de mejoramiento en las relaciones familiares; algunos de estos son buenos temas si se tratan a la luz de las Escrituras, pero al final del día, se llevan a cabo olvidando entregar el mensaje del evangelio, tal como lo predicaba nuestro Maestro y los apóstoles. Terminan siendo conferencias basadas en la psicología y eventos de entretenimiento y nada más.

Radical, ridículo y loco

¿Seguiremos como espectadores en la arena del descrédito y la ridiculez?

Prefiero que me llamen radical, ridículo y loco por entregar el mensaje completo, con amor pero directo. Prefiero que aún algunos hermanos me critiquen por hablar del pecado y del infierno. Prefiero hablar así y entonces, presentar el inmenso amor de Dios y su salvación a través del sacrificio de su Hijo en la cruz. Prefiero que entiendan lo que somos y de dónde nos ha rescatado Jehová Dios, y de todo lo que nos ha limpiado nuestro Señor Jesucristo con su sangre derramada en el calvario. Prefiero que escuchen el mensaje completo, que sepan que Él resucitó al tercer día, venciendo a la muerte y garantizándonos la resurrección y la vida eterna.

Como Pablo les escribió a los Corintios:

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: 'Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos'. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. (1 Corintios 1:18-24)

Así que, llámame radical.
Llámame pasado de moda.
Llámame tonto e ingenuo.
Dime que estoy fuera de época y de lugar.
Yo te diré que sí lo soy y lo estoy, si eso significa ya no ser del mundo porque ahora le pertenezco a mi Señor Jesucristo.

El día 20 de mayo por la tarde y noche y el 21 por la madrugada, hice varios comentarios irónicos en Facebook respecto de lo que sucedía con esta supuesta profecía de Harold Camping. Para algunos, mis comentarios fueron graciosos. A otros no les importaron. A otros más les indignaron, y no porque creyeran en la "profecía", sino por el tono de lo comentado. La verdad de las cosas es que, a mis hermanos de los tres grupos, a todos los creyentes, Jehová Dios nos tiene un mensaje:

¿Te pareció gracioso? ¿No te importó? ¿Te indignó? ¿Te preocupó? Y entonces, de cualquier forma, ¿qué haces dormido, encerrado en tu casa, sentado en las bancas del templo, navegando en la redes sociales tratando temas insulsos, indiferente ante el mundo que se pierde?

¡Ya Levántate!

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos (Romanos 13:11).