Masacre en Orlando :: Llorando con los que lloran


FOTO: Phelan M. Ebenhack / AP vía animalpolitico.com

Son verdaderamente lamentables los hechos que ayer se suscitaron en Orlando, Florida. Mis condolencias y oraciones para los familiares de las víctimas. Mi solidaridad para esas familias.

Nadie tiene derecho a asesinar a persona alguna, sin importar cuales sean sus convicciones políticas, religiosas o estilo de vida. La Santa Biblia es clara al respecto: "No cometas asesinato" (Ex 20:13) y es también clara en todo lo referente al pecado y al destino eterno de aquellos que no se arrepienten de los suyos y ponen su fe en Cristo (Jn 3:16; Ro 6:23; 1 Jn 5:12). Por esta razón, es doblemente triste lo acontecido ayer: ver tantas vidas que fueron cortadas de tajo y pensar en tantas almas que han partido a su destino eterno sin Cristo.

Por otro lado, veo en las redes y los medios de comunicación la indignación y hasta enardecimiento en contra de estos actos, a la vez que puedo escuchar la "solidaridad que profesan" para con la comunidad LGTB. Y me queda una duda: ¿por qué en las masacres —que no han sido pocas— ocurridas en escuelas y todas las perpetradas por grupos como Boko Haram e ISIS, ni las redes sociales, ni los activistas, ni los medios de comunicación, han dedicado tantos comentarios, videos e imágenes para denunciarlas, y virtualmente ninguno de estos han declarado pública y "enardecidamente" su apoyo y solidaridad a la comunidad estudiantil, comunidad indígena, comunidad cristiana y demás afectados?

Digo, pero también pregunto.

Insisto, mis oraciones y condolencias van para todos los que pierden a sus familiares en manos de cualquier asesino.

Finalmente, pensando en la fragilidad de nuestras vidas, una pregunta muy importante: ¿Estás preparado para la eternidad? Te invito a revisar este artículo y responder —y asegurarte, en todo caso—: "Falsamente seguros".

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